domingo, 17 de junio de 2012

Tan cerca, pero tan lejos


“Cinco minutos bastan para soñar una vida, así de relativo es el tiempo” Mario Benedetti

Gotas frías descienden de lo más alto del cielo, mientras los dos nos miramos con la certeza de querer tener todo el uso de razón y pensamiento sobre el otro. Con suaves movimientos desplazas tus manos sobre un húmedo rostro que espera con ansias un largo y profundo acontecimiento de amor inolvidable, pero no haces más que mirar mis ojos, como si estuvieras perdida en otro mundo, como si te hubiera atrapado ahí de por vida. Tocas, sientes, pestañeas, te humedeces los labios y vuelves a perderte. ¿Qué es lo que tengo? ¿Qué?

Tu nariz es un pequeño tobogán de donde bajan gotas a una lenta velocidad, como si disfrutasen el trayecto, mientras que en tus ojos veo nuestra imagen, ambos, juntos. Los dos entrelazados por nuestra piel y nuestras venas, creando una red que nos sostiene. Tragas saliva, respiras hondo y acaricias mi cara como queriendo decir algo, pero ¿Qué? No sé, nadie lo sabe, solamente tú, tú ser indomable, lleno de risas, lágrimas, palabras, tú. ¿Qué debo hacer? ¿Qué debo de sentir? Eso me pregunto, pero no me respondo ¿Por qué? Porque eres un imbécil, una persona más ¿Más? No, no lo soy, yo soy más que una persona; soy letras, pensamientos, acciones, abrazos, besos y calor.

Cada pestañeo que haces es como pasar una página de un libro, eres una exquisita literatura en carne y hueso, un agradable y cálido libro. Un texto sin final, eres eterno vaivén, una infinita paradoja, un inagotable flujo de inspiración. Respiras hondo de nuevo y esta vez muerdes tus labios como en gesto de querer algo, acercas tu rostro al mío, cerca, más cerca, un poco más, cierras tus ojos, despliegas tus labios mientras siento tu respiración. Sólo somos dos personas deseando un mismo propósito, un mismo sueño.

Bésame. Bésame porque lo deseas. Bésame porque te gusta. Bésame porque sí. Bésame sin razón. Bésame porque lo demás importa. Bésame sin miedo. Bésame sin temor. Bésame ya y ahora. Bésame porque no siento dolor. Bésame lento, suave y tierno. Bésame por la lluvia. Bésame por el momento. Bésame por nuestro futuro. Bésame sin control. Bésame sin pensarlo. Bésame una vez, dos, tres veces. Bésame por ti. Bésame por el amor.

La lluvia, el café, la música, el olor a cigarrillo, tú, yo, el momento. Todo hace juego con el instante y el reloj se nos pierde, los latidos aumentan conforme nuestros labios se acercan. Más cerca, un poco más… ya casi… sí…
-¿Qué estás diciendo?
-¿¡Ah!? No nada, sólo son ideas locas, simples e imaginarias ideas locas.

Por: Juan David Montes / @MalEscrito

No hay comentarios:

Publicar un comentario