jueves, 17 de enero de 2013

El bostezo


No hace falta verlo o escucharlo, con el simple hecho de leer la palabra y pensar en ello ya produce una tensión en la garganta, una sensación en la quijada de querer expandirla cual si fuéramos a gritar o comer algo demasiado grande, para luego realizar una inspiración profunda y sentir como nuestro pecho se llena de aire y se expande hasta el tope de este, los ojos se cierran o se entornan, y se finaliza con una espiración soltando todo aquello que quedó encerrado dentro de nosotros.

Muchas veces es silencioso y casi impredecible, en otras viene con un sonido parecido al de una persona sufriendo o un animal extraño de otro continente. Las lágrimas siempre están presentes, es por esto que muchas veces las personas dicen “bostezar” cuando están presenciando un suceso conmovedor o triste, solo para simular aquellas lágrimas y camuflarlas.

El bostezar produce una liberación del cuerpo, muchas veces se acompaña con un estiramiento de brazos, es una pequeña corriente imaginaria que sube por toda la espalda hasta la nuca, bajando la tensión y produciendo un gran alivio.

Se trata de una acción intuitiva del cuerpo al verse en varias situaciones, es el reflejo de lo que pasa en una persona en ese instante. Si digamos que sales a una cita con una persona, y observas que esta ha bostezado, hay que tener por seguro que algo pasa con esta persona, ya sea aburrimiento o cansancio, por lo que recomiendo que actúes de manera rápida. También puede ser que haya sido contagiado por alguien a bostezar, el solo hecho de ver a alguien haciéndolo, crea en uno esa misma necesidad de quitarse la tensión, el cuerpo inconscientemente siente envidia de esa persona abriendo su boca y estirando sus brazos, recibiendo esa bocanada de aire como si fuese una desatadura del cuerpo.

Presencio el bostezo como un acto sagrado del cuerpo. Cada vez que lo siento venir trato de que este salga con una determinación que haga que mi cuerpo quiera caer y nunca pararse. Muchas veces hace presencia en mi garganta y cerca de mis pulmones, llevándome a un punto de espera, pero en ciertos casos nunca sale, solo es un engaño, una estafa patrocinada por el mismo cuerpo. 

En el momento que logro bostezar, lo lanzo como si fuese un carro sin frenos en una avenida sin límites, estiro mi cuerpo haciendo que todos mis músculos y tejidos se expandan produciendo una sensación inigualable del cuerpo, trato de abrir lo más que puedo mi mandíbula tratando de darle un mordisco al mundo entero, y en el momento que mis ojos se cierran los mantengo así por un largo rato, sintiendo un descanso que ojalá fuera eterno. 

El bostezo se presencia donde sea, ya sea en un dibujo, en un perro en su comodidad antes de descansar, en un oficinista después de arduas y largas horas de trabajo, en un anciano al no encontrar nada bueno que ver en la televisión, en un niño presenciando algo que no es de su interés, en la persona que termina de leer esto, o en la misma persona que lo acaba de escribir. 

Escrito por: @MalEscrito_

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