En un puesto de frutas, algo rústico y cubierto con bolsas negras se encuentra todos los días a José, más conocido como “Saltarín”. José es un hombre flaco, de boca pequeña y nariz grande y con algunas canas que revelan su edad. De 51 años que tiene, 23 ha dedicado a la venta de frutas y entre salpicones, piña picada y tajadas de mango se ha ganado el cariño de los estudiantes de la Universidad Nacional del Campus la Nubia.
Con orgullo dice que es reconocido en la universidad por la humildad que lo caracteriza, además la nobleza y el respeto con que atiende a sus clientes no es algo ajeno al cariño de la gente. Dentro de todo lo que ha hecho José, lanzarse al consejo de Manizales ha sido uno de los logros más importantes en su vida, por lo cual mantiene a un lado de su puesto un afiche con el que hizo su campaña política.
Al preguntarle por qué se lanzó al consejo de la ciudad, el un poco indignado responde que la corrupción que vive la ciudad es muy grande y que solo se puede combatir con revolución. “La alcaldía me ofreció un puesto decente para poner mis frutas, estas son las horas que no me han traído nada”. José Salta llega todos los días a las 5:30 am a la misma esquina del campus, donde además de vender frutas tiene también tintos, le gusta montar en bicicleta y escuchas “música viejita” como dice él. Es esa cordialidad con que el atiende a sus clientes y responde cualquier inquietud, bien sea de estudiantes o periodistas inquietos, lo que hace que todas su actividades se vean bien apoyadas por toda la comunidad.
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