lunes, 29 de octubre de 2012

El Juicio Final

(Perfil) Porque alguien hace algo que se debe contar. ¿QUIÉN SE PEGA HOY?

¡Y llegó la hora del juicio final!, así parecía, contaba los minutos y segundos en los que mi vida se perdía expuesta al peligro de la Capital colombiana y a los trancones que la acarreaban; mientras añoraba estas tierras cafeteras, un clic toco mi mente y habría el hipervínculo de la información Cristiana.

Dícese de otra religión protestante de la que sólo quiero reflexionar para nombrar a don Wilson Susa Sarmiento, el taxista que guiaba mi trágico suceso: había botado unos zapatos nuevos y la búsqueda para encontrarlos me trajo una sabiduría, reflexión y confusión en una teología que para la época quizá es utopía, en especial para mi generación.

No creo, si creo, unas cosas me cuadran, otras no. Solo sé que hay algo que don Wilson tiene al Hablarme y yo no: tranquilidad espiritual. El cree en su dios, el que llegó a la tierra a “Salvarte a ti y a mi”. ¿Acaso no es el mismo dios y discurso del catolicismo? No, si lo es.

Jesucristo, pero… ¿por qué si su ideología coincide se alaba desde otra religión?; a lo que don Wilson Respondió: “los católicos creen en un Dios, un Santo, una Virgen, le dicen padre a un sacerdote sabiendo que el único santo es Dios: padre, hijo y espíritu Santo”.

Y me recorrido seguía por todo la Caracas mientras una pregunta surgió en mi mente ¿juicio final?- Hombre dejá la ignorancia- , así me sentí después del argumento de don Wilson: “ Un día Dios llegará a preguntar por tu comportamiento y no habrá espacio para el arrepentimiento… la lujuria, la envidia, el deseo por intoxicar el cuerpo y calmar las ansiedades materiales mata a la humanidad, solo quienes seamos fieles al matrimonio, a dios y por ende a la vida nos salvaremos de ese fuego que quema a mil grados y del que nadie se podrá salvar”.

Me da miedo pensar que voy a quemarme en una hoguera, pero… ¿acaso no son los fracasos, los problemas, las tristezas y todo aquello que agobia una caldera a más de mil grados de temperatura?

Probablemente sí; puede ser que el cielo y el infierno fluyan en la tierra y, aunque es un juego de perspectivas y de creencias de cada cual, hay algo que no se puede echar en saco roto y es la búsqueda espiritual que Junto a don Wilson comparto: procurar mi bien y el de los demás para lograr un mundo más humano, creer que si se puede progresar y alcanzar la felicidad refugiados en un dios, deidad, santo o si mismo.

Fue así como un despiste me llevo a pensar de nuevo en quién soy y en qué creo y a recordar los códigos morales y culturales con los que me criaron; como resultado del encuentro me quedo: que recuperé los zapatos perdidos, que recorrí una ciudad asfixiante bajo las mas bellas reflexiones teológicas, y un asombro crucial que don Wilson dejó de ser policía porque su sueldo no pagarían el tiempo y vida que estaba perdiendo al no compartir con su esposa y dos hijas.


Escrito por:
Adriana Garzón Mozo 
@AdryGarzonMozo

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